Ni todas las personas son iguales ni
todas las casas lo son. No todos los hogares tienen el mismo tamaño o
antigüedad, una ubicación similar o unas condiciones idénticas. Y, por
supuesto, su valor difiere enormemente de unas a otras.
Mansiones antiguas con un gran valor
histórico-artístico, hogares con un valioso contenido en joyas u obras
de arte, modernas casas en las que la tecnología es la protagonista…
Estas viviendas especiales pueden no tener
nada que ver unas con otras, pero coinciden en dos aspectos
fundamentales: su elevadísimo valor económico y la complejidad que
entraña la realización de una póliza de hogar a su medida . En ocasiones
viviendas con un elevado valor histórico-artístico se canalizan a
través de seguros del Sector Servicios.
En muchas ocasiones, por diferentes motivos, realizar una póliza acorde a las características particulares de este tipo de casas especiales es un trabajo de chinos. No basta con un seguro de hogar
normal, pues las condiciones de estos espacios no son las mismas que
las de las viviendas más comunes. ¿Cómo se aseguran? Aunque cada caso
(o, más bien, cada casa) es diferente, vamos a ofrecer unas pinceladas
para que podáis haceros una idea de ello en líneas generales.
Aunque no todas las aseguradoras
incluyen este seguro en su ramo de hogar, lo cierto es que existe la
posibilidad de realizar un seguro para casas de lujo.
Por ejemplo, para todo el mundo es fácil
entender que una vivienda de más de un millón de euros entre continente
y contenido (edificación y mobiliario) podría considerarse vivienda de
lujo, aunque no solo se considera el valor, también influyen los
materiales de construcción y decoración de cada vivienda (mármoles,
griferías de oro, etc.).
Da igual que sea un antiguo castillo del
XVI o un moderno chalet con todas las comodidades, que tenga jardín y
piscina o no, que su superficie sea de 100 metros cuadrados o de 1000.
Su precio y su valor histórico – artístico es lo que marca su
consideración de edificación de lujo.
La clave, el valor de reposición
Lo complicado es, por supuesto, la tasación tanto del continente como del contenido. Y en este sentido hay que tener en cuenta un concepto fundamental: el valor de reposición.
En cristiano, estimar cuanto valdría reponer, fuera cual fuera el
motivo (rotura, inutilización, robo) cada elemento interior o exterior
de la vivienda, teniendo en cuenta numerosos factores.
Ese es el quid de la cuestión, la fase
más compleja del proceso por parte de las aseguradoras y del cliente:
realizar un cálculo correcto y lo más preciso posible del valor de la
casa, con el fin de no caer en el infraseguro (que el tomador pague menos de lo que debería por asegurar su vivienda) o el sobreseguro (que pague más de lo que necesita).
En la tasación de una vivienda de esta
categoría hay que tener en cuenta numerosísimos factores, desde la
antigüedad de la casa al valor de los materiales de construcción
utilizados, pasando por la estimación económica de las joyas y obras de
arte, la existencia de mobiliario personalizado o la calidad de los
enseres. Además, en el precio de la póliza influyen otros aspectos
externos, como la ubicación de la casa, sus características especiales o
el tipo de uso que se le vaya a dar. No es lo mismo que sea una
residencia habitual que un lugar de vacaciones o que vaya a servir para
desarrollar un negocio. En este último caso no se podrá canalizar esta
vivienda por el ramo de hogar.
Objetos de valor especial
Capítulo aparte merecen los objetos de un valor especial,
como las obras de arte o las joyas. En ese sentido es importante que el
cliente, a la hora de realizar el contrato, especifique que cuenta en
su poder con ese tipo de objetos y que detalle cuáles son a la
aseguradora.
Hay que decir que muchos seguros de
hogar estándar ofrecen entre sus garantías especiales la cobertura a
este tipo de objetos, por lo que para darles protección no es necesario
ni tener una vivienda especial ni contar con una póliza específica para
casas de lujo: basta con un producto de hogar en el que se contrate,
habitualmente declarando estos objetos para disfrutar de esta cobertura.
La domótica: el gran reto
Si ya resulta complicado asegurar una vivienda de lujo, las casas domóticas
presentan además las dificultades lógicas para desarrollar una
cobertura eficiente. El mayor problema reside en una realidad: el mayor
número de siniestros en el hogar se produce a causa de los daños por
agua e incendios, situaciones que esta tecnología no consigue atajar del
todo a día de hoy, aunque si suponen un alto grado de confort para sus
ocupantes.
Sin embargo, se estima que esta
situación no durará mucho, y la domótica en la era de la revolución
tecnológica implementará soluciones que mejoren la evitación de los
siniestros más habituales, y la cobertura más eficiente de esta clase de
viviendas (y de sus riesgos) será una realidad.
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