martes, 30 de octubre de 2018

¿Cómo rellenar un parte amistoso?




En caso de accidente con un contrario, la forma más habitual de solucionar el conflicto es mediante un parte amistoso del seguro del automóvil en el que ambas partes reconocen los daños, la responsabilidad de los hechos y dejan constancia de sus datos personales para facilitar el trabajo de las aseguradoras a la hora de tramitar el siniestro.
Como ya he recibido varias dudas a través del blog sobre en qué consiste una declaración amistosa de accidente, cómo rellenarla o qué hacer con ella más adelante, he decidido escribir este post explicativo para que sirva de guía.

 ¿Cómo rellenar una declaración amistosa de accidente?

  • En la primera parte hay que incluir la fecha y hora del accidente y el lugar donde haya ocurrido. 
  • Además, es necesario especificar si ha habido daños personales y materiales (además de los sufridos por los vehículos) y si hay testigos del accidente, en cuyo caso hay que registrar también sus datos de contacto. 
  • La segunda parte se centra en los datos de cada asegurado y su vehículo. En cada una de las columnas debe anotarse: 
  • Nombre, nacionalidad, dirección y teléfono de contacto del asegurado. 
  • Modelo, marca y matrícula y lugar de matriculación del vehículo y del remolque, si lo tuviera. 
  • Nombre de la aseguradora, número de póliza, número de Carta Verde (cuando en el accidente estén involucrados conductores extranjeros), nombre, dirección y teléfono de la agencia o corredor de seguros. También se deberá señalar si el seguro contratado cubre los daños propios, es decir si es a Todo Riesgo. Todos estos datos se consultarán en la póliza correspondiente. 
  • Nombre, nacionalidad, dirección, teléfono de contacto y número del permiso de conducir del conductor. 
  • Indicar el punto de choque inicial con una flecha en un dibujo en el que aparece dibujado una moto, un coche y una furgoneta. 
  • Daños apreciados en el vehículo 
  • Circunstancias, donde hay que esclarecer cuál ha sido el motivo del accidente, por ejemplo “daba marcha atrás” o “cambiaba de carril”. 
  • Un croquis con la representación aproximada del lugar del accidente y de cómo se ha producido. Además aquí debe quedar constancia de cuáles han sido los daños que ha sufrido el vehículo. Es importante indicar siempre los sentidos de la marcha de cada uno de los vehículos, el punto de choque inicial, la posición de los vehículos en el momento del choque y la dirección seguida por ambos, ya que esto puede ayudar a esclarecer las circunstancias. 
  • Observaciones, donde deberemos indicar todos aquellos datos adicionales de relevancia a los que no hayamos hecho incidencia en otros apartados. 
  • Firma del conductor.
    Una vez rellenado el parte cada una de las partes debe quedarse con una copia que debe ser idéntica a la otra. Una vez hecho esto ningún conductor podrá añadir más datos a sus declaraciones.

 

 ¿Qué hacer una vez rellenado el parte?

Tras rellenar la declaración amistosa, cada una de las partes involucradas en el accidente debe ponerse en contacto con su compañía aseguradora en un plazo máximo de 7 días y remitirle la copia firmada para que se inicie el proceso de tramitación y reparación.
Cada aseguradora se encargará de correr con las gastos de la reparación del vehículo de su asegurado y después ambas aseguradoras determinarán cuál es la parte culpable del accidente. Una vez determinado qué conductor ha sido el responsable del siniestro, pueden darse varias situaciones:

  • El conductor no culpable no asume ningún tipo de coste ni consecuencia.
  • El conductor culpable no asume ningún coste si tiene un seguro a todo riesgo. En este caso será la aseguradora la encargada de responder por los gastos de reparación de ambos vehículos, aunque lo más probable es que esto provoque un encarecimiento en la póliza del asegurado para su renovación.
  • Si el conductor culpable tiene un seguro a terceros debe asumir el coste de sus reparaciones, pero su aseguradora se encargará de cubrir las del conductor no culpable.
Además, si el conductor culpable tiene una franquicia en su seguro se deberá hacer cargo por el importe que no quede cubierto. También es posible el caso de que ambas aseguradoras paguen a partes iguales si no se ponen de acuerdo en la culpabilidad o hay incongruencias en la declaración del accidente.

 

Consejos para rellenar el parte amistoso


  • Escribe en letra mayúscula para facilitar su lectura y comprensión
  • Haz fotos con el móvil: pueden servirte como pruebas en caso de no llegar a acuerdo
  • Mantén la calma y asegúrate de que está completo. No firmes nada si no estás conforme con lo declarado por el contrario
  • No añadas nada una vez os quedéis cada uno con su respectiva copia, ya que probablemente invalidará el proceso.



jueves, 18 de octubre de 2018

Contratación de un seguro de decesos para mayores: Mas vale tarde que nunca

Seamos honestos: hablar de la parca no le agrada a nadie. Quizás es por ello que durante nuestro paso por este camino vivamos, en la medida de lo posible, ajenos a esa realidad, dejándola de lado hasta que no quede más remedio.

Sin embargo, hay bastante que planificar ante esa situación, pensar en cómo dejaremos nuestro pequeño mundo al irnos. Con este fin, una de las medidas que otorga tranquilidad a muchos es la de contratar un seguro de decesos, en la gran mayoría de los casos cuando ya se ha dejado atrás la juventud y se alcanza la mediana edad.

Sin embargo, posiblemente por lo apuntado en el primer párrafo, muchas personas optan por dejar de lado esa opción y empiezan a pensar en ella cuando llegan a la Tercera Edad. ¿Cuál es la situación en la que se encuentran?

Más vale tarde que nunca. Los mayores pueden contratar una póliza de decesos, aunque como es lógico las condiciones económicas que se les presenten no van a ser tan cómodas ni flexibles como si hubieran tomado antes esa decisión. Veamos cuáles son las opciones que se les presentan a los veteranos interesados en suscribir un seguro de decesos.

Prima única: la solución


La solución que ofrecen la gran mayoría de las compañías de seguros a sus clientes es la prima única. O, dicho de otra manera, abonar en un solo pago, que habitualmente se realiza a la fecha de emisión de la póliza, el dinero necesario para suscribir este producto y contar con sus coberturas.

No hay que preocuparse por las garantías de las que se disponga, pues a grandes rasgos serán las mismas que las de cualquier seguro de este ramo. La principal es la básica, la cobertura económica y la gestión del sepelio del cliente; amén de un amplio abanico de coberturas adicionales, que pueden ir desde los traslados a la atención médica y psicológica pasando por la asistencia en viaje, el servicio de gestoría, el de asesoría, el jurídico y un largo etcétera.

Algunas aseguradoras, dada la elevada edad de los contratantes, pueden añadir a su oferta algunas garantías específicas que otros seguros de decesos no suelen incluir, como la de teleasistencia o los servicios de ayuda a domicilio. Los mayores no se encuentran muchas veces en las mejores condiciones de salud y estas coberturas son una buena manera de paliar los problemas que derivan de esas carencias físicas.

La teleasistencia es una garantía que puede resultar muy útil en casos de enfermedad grave, lesión importante o durante una convalecencia a causa de un accidente. Supone contar, con la asistencia de profesionales durante las 24 horas del día con acceso por teléfono. En cuanto a los servicios de ayuda a domicilio, también ofrecen al cliente la posibilidad de contar a su disposición con una gran variedad de personal, en función de sus necesidades: telefarmacia, servicio de catering, peluquería, asistencia a animales domésticos…

Como vemos, en cuanto a las coberturas no existe problema. Quizás se convierta en un mayor quebradero de cabeza el aspecto monetario, pues como es lógico el dinero a abonar -sin llegar a ser prohibitivo- será elevado al tratarse de un solo pago. La ventaja es que una vez pagado no hay nada más de lo que preocuparse, convirtiéndose en cliente desde el primer segundo. Ya no debe realizar ni un solo pago más, ni abonar recibos complementarios pese a que el capital asegurado se revalorice con el paso de los años.

¿Y los mayores… no tan mayores?


Nos referimos a los jóvenes del grupo de longevos, personas cuya edad se sitúa entre los 65 y los 80 años. Aunque el panorama que se les presenta a la hora de contratar una póliza de decesos pasa esencialmente por el abono de la prima única, es posible que tengan alguna opción más a su disposición, que aún estén a tiempo para la suscripción de un producto cuyo pago se realice mediante primas periódicas.

Sea cual sea su periodicidad (mensual, trimestral, semestral o anual), hay una cosa clara: el importe siempre será más elevado que el de una persona joven.

En esta opción de pago, además, cada año que cumple el cliente contratante cuenta, y cuenta mucho: difícilmente una persona de 65 años pagará unas primas tan altas como otra de 70; y esta última no abonará las de una de 75.

El consejo es contratar cuanto antes mejor, pero si ya eres mayor y no lo hiciste, aún tienes opciones, pregunta a tu agente y encontrará una solución adecuada a tu caso.