El día que buceas entre todas la ofertas de seguros que te llegan y
consigues la más barata te sientes el rey del mambo. Aún más cuando,
pasados unos días, te llega el recibo a cuenta y lo pagas satisfecho,
como si fueras el tipo más listo de la carretera.
Hasta que un día…en tu coche aparece la maldita rallada en la puerta o
necesitas que te manden la carta verde para viajar a Francia con el
coche. Sí, ese día, maldices el momento en que decidiste ahorrarte los
cuatro duros más caros de tu vida. Declarar un siniestro o pedir un
simple papel se convierte en un quebradero de cabeza que puede acabar en
ataque de nervios.
¿Qué dejan de incluir para poder ofrecer precios tan ajustados?
Ahí van los puntos negros de los seguros baratos:
Los 2×1 y 50%
Estos descuentos sólo se aplican a los perfiles de conductores que la
compañía de seguros haya elegido. Por ejemplo: Hombre de 50 años con
antigüedad de carné de más de 15 años y 0 siniestros declarados. Si no
cumples con cualquiera de estas cualidades, olvídate de la oferta.
Limitación de talleres
Algunas compañías no disponen de asistencia mecánica y se apoyan en compañías externas para ofrecer este servicio a sus
clientes. La falta de coordinación en el servicio puede retrasar la
llegada de la grúa o incluso la obligación de taller asignado, es decir,
que no puedas ir a tu taller de confianza y te toque ir a recoger el
coche a varios kilómetros de casa.
El truco de las franquicias
Ojo con los llamados "todo riesgo".
Pregunta siempre qué franquicia te están aplicando. Detrás de una prima
económica es probable que se esconda una franquicia muy alta. Pagas un
precio de seguro bajo pero el día que arreglas el coche estás obligado,
por contrato, a pagar un importe fijo desmesurado. Por ejemplo: Seguro
de 130€ euros + franquicia de 800.
Partes no libres de culpa
Cuando uno tiene culpa, es normal que un siniestro penalice su
historial. Lo que no es normal es que cuando es el otro coche el que ha
hecho el daño, la compañía haga constar el siniestro y afecte
negativamente en la bonificación de mi póliza. ¡No te dejes engañar, en
este caso eres el afectado, no el culpable!
El hachazo del segundo año
El primer año fardas con tus amigos de la súper oferta que has
contratado pero el segundo año, la compañía de seguros carga a tu cuenta
el doble de prima que el año anterior. En esta renovación pagas lo que
te ahorraste al contratar. ¿Dónde está la gracia?
Gestiones ocultas
Añadir un nuevo conductor a tu seguro, pedir una copia, recurrir una
multa… cualquiera de estas gestiones pueden salirte por un ojo de la
cara en una compañía low cost. Te cobran cuotas añadidas por trámite que pides.
Un vez más lo barato puede salir caro, dejando por el camino
coberturas básicas para nuestra seguridad y la de nuestro coche. Así que
cuando contrates un seguro nuevo, más allá del ahorro que te lleves, revisa que no te cuelen ninguno de estos viejos trucos.
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