Las gestiones una vez que algún familiar
fallece, son una dura carga de la que puedes descansar al contratar tu
seguro de decesos.
Cuando un ser querido fallece, al gran
dolor por la pérdida se le suma el tener que afrontar, de manera
obligatoria, todo un mundo de trámites por delante. En un estado de
shock emocional, de gran tristeza y de duelo, las condiciones para
encargarse de esa serie de papeleos forzosos no son las mejores, como es
lógico.
Tal vez una buena opción sea liberarnos,
en la medida de lo posible, de esa complicada carga, trasladándola a la
compañía de seguros. ¿Cómo? Esa posibilidad es una de las grandes bazas
que ha ofrecido recientemente, bueno desde hace unos años en realidad,
el seguro de decesos a los clientes: liberarles de los trámites y las gestiones en la mayor medida que se pueda. Y bien que se nota ese apoyo en los peores momentos.
Aunque existen más gestiones que
realizar (de los traslados, en caso necesario, del final de la vida
digital…) vamos a hablar de las gestiones administrativas.
De los pesados trámites de los que puede aliviarnos, y mucho, el haber
contratado una póliza de decesos, ya que la aseguradora puede
realizarlos por nosotros y asesorarnos, en los que no sea posible
delegarlos, para que los cumplimentemos de una manera más sencilla,
rápida y sin errores que a veces pueden llegar a costar dinero, y no
poco, especialmente cuando se trata de impuestos. ¿Cuáles son esas
gestiones? Ni una ni dos, sino muchas. Seguid leyendo.
Principales gestiones
Al contratar el servicio de gestoría
para los trámites post-morten, en la póliza de decesos, la aseguradora
ofrece una atención a los herederos del fallecido mediante la asistencia
de un representante de la empresa de seguros, que les informa y asesora
sobre los trámites a seguir. Gestionando incluso algunos de ellos
cuando eso es posible.
De esta manera, la compañía se hace
cargo de la tramitación ante los organismos oficiales de documentos
relativos al asegurado y a los herederos y recopila la documentación necesaria en caso de fallecimiento.
En cuanto a los trámites relativos al asegurado,
los principales son la obtención del certificado de defunción, de la
partida de nacimiento y del certificado de actos de última voluntad,
además de la tramitación de la inscripción de baja en el Libro de
Familia y en la cartilla del Instituto Nacional de la Seguridad Social.
Otro trámite importante es el que se hace para obtener el Certificado de
Contratos de Seguros de cobertura de fallecimiento, que es el documento
que acredita los contratos vigentes en que figuraba como asegurada la
persona fallecida y con qué entidad aseguradora, de esta manera se puede
ejercer el derecho como beneficiario si existiera un seguro a favor de
los familiares.
En lo relativo a los herederos hay
también mucho trabajo por hacer. Otras gestiones importantes son la
obtención de numerosos certificados como los de matrimonio, de
convivencia, el de Fe de Vida y Estado o el del Auxilio por defunción
del INSS.
Además de eso, hay que hacerse cargo de
la realización de diferentes trámites, como el alta en la cartilla del
Instituto Nacional de la Seguridad Social para el cónyuge y sus
beneficiarios o las solicitudes de pensiones de viudedad y orfandad, si
fuera el caso. Todo ello, además de los trámites correspondientes a la
gestión del impuesto sobre sucesiones y donaciones.
Pero, como dijimos antes, la labor de asesoría también
resulta importante en estos casos. En situaciones como esta son
importantes los consejos de un experto en cuestiones como la apertura de
testamento, la adjudicación de la herencia, la determinación del caudal
hereditario… En resumen, los relativos a la tramitación sucesoria.
Recopilando información
La ayuda de un servicio de gestoría
puede sernos además de gran ayuda a la hora de recopilar toda la
información necesaria para el cobro de un capital asegurado en caso de fallecimiento: desde la declaración de siniestro, hasta los certificados de nacimiento y de defunción del asegurado.
Además, se deben obtener otros
certificados como el registro de actos de últimas voluntades, la copia
del último testamento del asegurado o la declaración de Herederos Ab
Intestato. Pero se requieren muchos más documentos: certificados médicos
del fallecido, documentos acreditativos de la condición y personalidad
de beneficiario, carta de pago (o declaración de exención del Impuesto
General sobre Sucesiones y Donaciones relativo al Capital Asegurado) …
Si leyendo todo esto te has agobiado
casi tanto como el redactor de este artículo, ya tienes un motivo
importante más para valorar la importancia de contar con un seguro de
decesos que se encargue de estos papeleos. La muerte de alguien querido
ya es demasiado triste como para soportar cargas adicionales, así que
considera no dejárselas a otros.
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